A cargo de Francesca Manfredi, atelierista de la escuela infantil y primaria “Loris Malaguzzi” de Reggio Emilia desde el año 2009.
La figura de la atelierista nace en las escuelas de Loris Malaguzzi (0-3 y 3-6) pero, en la actualidad, el atelierista trabaja en todas las instancias (0-6 y 6-11).
“Para mi es una experiencia formativa que sigo reviviendo día tras día donde todos mis saberes se fueron transformando en un diálogo constante y cotidiano con los niños, las familias, las maestras.” – Francesca Manfredi
El atelierista es una figura profesional interna que no tiene formación pedagógica, sino que su formación es artística.
Con la irrupción de la presencia del atelierista y con los atelieres que entraron en las escuelas 0-3 y 3-6 en los años ´60 y ´70 cobraba forma esa intuición del profesor Malaguzzi de crear un diálogo entre pedagogía y arte, un diálogo que puede parecer difícil: se trata de un encuentro entre pedagogía y arte poco habitual ya que el arte muchas veces se considera una disciplina y no tanto algo relacionado con la creatividad y, por lo tanto, innato en el ser humano.
Ese encuentro fue transgresor para la época, quiso romper con una escuela que separaba y que parcelaba los conocimientos y promover un tipo de personas y un tipo de conocimientos unitario, sistémico y complejo.
“El atelier siempre nos compensó. Produjo una irrupción subversiva, una complicación y una instrumentación capaz de proporcionar riquezas de posibilidades combinatorias y creativas entre los lenguajes y las inteligencias no verbales de los niños, defendiéndonos de las logorreas y de esa pseudo cultura de la cabeza-contenedor que aún al día de hoy es el modelo que da la mayor impresión de progreso cultural y la mayor depresión desde el punto de vista del aumento efectivo del conocimiento.” – Loris Malaguzzi
Todos los adultos que trabajan con niños deben ser muy conscientes constantemente de que todas las experiencias de los niños (los que viven dentro y fuera de la escuela) son constructoras y portadoras de significados, de preguntas y de hipótesis que los niños dan forma y expresión con una gran pluralidad de lenguajes.
“Sentirse entero para el niño y para el hombre es una necesidad biológica y cultural: un estado vital de bienestar (…)
La especie humana tiene el privilegio de manifestarse a través de una pluralidad de lenguajes. Todos los lenguajes expresivos se desarrollan en la experiencia. De estos lenguajes, el niño es sujeto constructivo y coautor.
Todos los lenguajes tienen el poder de convertirse en fuerzas generadoras de otros lenguajes.
Todos los lenguajes tienen la necesidad de vivir en igual dignidad y valorización, en plena solidaridad con una competencia cultural adecuada del adulto y del entorno.”
Palabras publicadas de un artículo de Loris
Malaguzzi en la revista Zerosei, 1983.
Ejemplo 1
Pintura realizada por Linston de 5 años, a partir de una interpretación de él, es una representación de una col marchita que estaba en la mesa de trabajo donde los niños iban observando día tras día su transformación.
“El tiempo la ha hecho cambiar de forma, ahora se ha convertido en una forma de vida que se enrolla, y el tiempo le ha quitado su color.”
Linston utiliza esta metáfora lingüística para expresar lo que siente a partir de estas experiencias: por un lado, la transformación de este cuerpo que se va modificando y, por el otro, la escucha de la cualidad pictórica de la témpera.
Los educadores tienen la responsabilidad de llevar a cabo una revolución cultural con los niños, dar alas a la imprevisibilidad del lenguaje y su potencialidad estética.
La potencialidad del lenguaje pasa por contemplarlo desde una perspectiva inédita y esto sucede cuando se abandona una perspectiva más didáctica y se busca en profundidad el significado de las cosas que se están investigando.
Ejemplo 2
Observando las plantas y pastizales de la entrada de la escuela, Andrea, de 8 ½ años, sacó varias fotografías y luego mirándolas se detuvo en esta y dijo “el musgo no está sólo, hay pequeñas plantas que están juntitas y se relajan cuando están juntas. Esta se está relajando con el calor.”
Desde el rol de educadores, los adultos se deben preguntar si son capaces, si están lo suficientemente atentos para alimentar y saber captar la belleza ante una situación cotidiana; si son capaces de detenerse ante algo que los maravilla.
Hay que ser conscientes de que no existen cosas poco interesantes, lo que sí existen son personas que están poco interesadas. Los adultos deberán adoptar una actitud humana de ir en la dirección opuesta a la indiferencia.
La escuela tiene la responsabilidad de educar en una dimensión de unidad, con una visión de un aprendizaje amplio, no solo de contenido sino emotivo, sensible, relacional. Se habla de la educación como un bien común, quienes trabajan en el campo de la educación tienen que ser optimistas y tienen que poder concretar las propias palabras.
Esta imagen visibiliza la cultura del atelier: es una forma representativa del darse a conocer, de pasar a la esfera pública, no quedarse en lo privado donde se desarrolla, sino la voluntad de dar un testimonio de la inteligencia de niños y adultos que investigan conjuntamente.
“Una vez a la semana llevábamos la escuela a la ciudad, lo cargábamos todo en un camión y nos íbamos a hacer exposiciones al aire libre. Los niños estaban felices. La gente nos miraba, se asombraba, preguntaba.” – Loris Malaguzzi
Se habla de una experiencia vital, abierta, que se quiere mostrar para generar un debate, para construir pensamientos, reflexiones.
La escuela debe ser capaz de producir cultura, reflexión, de mirar a lo lejos, de ir a pintar a lo más alto, de soñar; pero también de crear las condiciones cotidianas y concretas para que los niños expresen sus posibilidades: una de esas condiciones fue la invención del atelier y la decisión de tener una atelierista dentro de las escuelas de Reggio Emilia.
Ejemplo 3
Esta foto es de una documentación que muestra un gesto muy delicado por parte de Alesio de 2 ½ años que acaricia una margarita y dice “me ha tocado”, devolviendo con esta simplicidad muy eficaz ese sentido de reciprocidad, de relación, de intercambio que viven los niños con lo que conocen.
Malaguzzi habla de las manos, unas manos que en lugar de aburrirse pudieran, con gran alegría liberadora, volver a conversar con la mente; manos inteligentes, manos que realizan experiencias, que conocen el mundo.
Es muy interesante la inteligencia de las manos de los niños en la pluralidad y en la cualidad de los gestos que utilizan para conocer cosas.
Las manos conocen el mundo, las manos formulas preguntas, las manos crean cosas, crean objetos a través de materiales distintos con instrumentos que suelen pertenecer al mundo fuera de la escuela porque se consideran inadecuados o peligrosos para ellos; aunque lo inadecuado es, en verdad, la simplificación.
También la reducción de posibilidades de conocer cosas, así como la construcción de una corresponsabilidad.
El lenguaje gráfico ayuda a los niños a construir sus teorías, a darles forma y a acompañar sus argumentos con palabras.
Ariana es una niña que tiene 6 ½ años, nos dice “cuando tocas, estás haciendo la pregunta que te hacen los dedos; esta pregunta llega al cerebro, esta idea que han tenido los dedos es como un polvo que entra dentro nuestro”, y acompaña este dibujo para reflejar su teoría del encuentro con los materiales, de todas estas preguntas, de estas ideas que surgen a partir del contacto con los materiales a través de las manos.
Las manos cuando entran en contacto con materiales como alambres, metales logran encontrarse con problemas constructivos que solo la propia materia puede ofrecer.
Solo el encuentro cotidiano con los materiales puede dar pie a un dominio, a una sensibilidad de los gestos para dar formas de representación a los objetos.
En la siguiente foto se pueden observar unas manos que, con mucha atención, están trabajando para construir todos esos matices, todas esas intensidades de grises y eso es gracias a un dominio de la mano y de los materiales.
El dibujo es la representación de una teoría que están elaborando niños de 6 años acerca del perfume: “el perfume va al brazo y del brazo se abre al cuerpo y aquí es donde el perfume es más fuerte y donde puede ser más profundo”
Los dibujos pueden ser muy eficaces al momento de representar elementos invisibles o imágenes mentales que los niños construyen jugando o hablando entre ellos.
George, de 7 ½ años, comenta “las manos son como las raíces de una planta que la ayudan a crecer”.
Loris quería que el atelier fuera un lugar que permita integrar al grupo de trabajo de la escuela a la atelierista pero también un lugar donde investigar, intercambiar y conocer los lenguajes expresivos, dando lugar a la cultura de grupo entre docente y atelierista.
Al poco tiempo, se crearon también los mini atelier que son espacios íntimos, cotidianos más reducidos para ir en pequeños grupos para sedimentar todos los trabajos y dar alas a la investigación que llevan consigo niños y adultos.
En esta imagen se puede observar a todo el grupo de 2 años en el atelier donde los espacios no están separados pero la distribución muestra un foco específico con trabajos diferentes, con posibilidades claras pero siempre en una interrelación con los distintos espacios.
Todos los niños se encuentran en un mismo espacio en una distribución natural como si hubiera una autoorganización pero que está comandado por un adulto que guía el trabajo que se está desarrollando pero permitiendo ese tránsito permanente entre unos y otros.
Para los niños es muy importante frecuentar los distintos lenguajes, los distintos materiales cotidianamente en la clase y no solo en un espacio dedicado (atelier).
El atelierista trabaja constantemente con la maestra para dar forma a los contextos cotidianos de aprendizaje, generándose un intercambio de competencias entre el grupo de trabajo.
El atelierista no es un experto externo sobre técnicas de arte, que trabaja de forma separada a lo que es el proyecto y las didácticas cotidianas.
El atelier no es un laboratorio de arte donde ir algunas horas programadas; no se intenta imitar ninguna obra o técnica de algún artista; la cultura del atelier no es un poco de colorete en una superficie de una escuela que no cambia las decisiones culturales y pedagógicas más profundas.
La cultura del atelier:
• Es un agente transformador de la escuela.
• Es un impulso a la investigación.
• Es la manera de dar forma a las ideas.
• Es una mirada sensible y empática.
• Es un diálogo sensible con la materia.
• Son los 100 lenguajes.
• Promueve reflexión sobre la contemporaneidad.
• Es el pensamiento proyectual que regenera los contextos cotidianos.
• Mantiene unidos teoría y práctica.