Se terminaron las vacaciones y volvemos a clases. Para comenzar con este nuevo ciclo lectivo, hablaremos del desayuno, la comida más importante, desde el punto de vista fisiológico, por interrumpir con el ayuno nocturno.
Al despertarnos después de un largo sueño es fundamental reponer energía a través de los alimentos para comenzar con fuerzas el nuevo día.
El desayuno aporta muchos beneficios y, sin embargo, muchos niños e incluso adultos lo saltean o no le dan la importancia q merece.
Los chicos que no desayunan se sienten cansados, irritables o impacientes en la mañana. En cambio, los que desayunan tienen un mejor rendimiento escolar y una mayor productividad durante toda la mañana. Tomar el desayuno otorga mayor fuerza y resistencia y una mayor concentración y habilidad para resolver problemas. Incluso, comer algo aunque sea poco, ayuda a reponer las reservas que se gastan durante la noche.
Es importante saber seleccionar los alimentos adecuados que aporten los nutrientes necesarios para cubrir con las recomendaciones. Los grupos de alimentos que deben estar siempre presentes en un buen desayuno son:
Leche, yogur, quesos y postres lácteos.
Pan, copos de cereal y vainillas. Las galletitas, tanto dulces como saladas, facturas, galletas, por ser ricas en grasas deberían consumirse con menor frecuencia.
Se pueden consumir tanto enteras como ralladas y picadas junto con el yogur y/o cereales, en licuados y jugos exprimidos en el hogar para conservar sus vitaminas y fibra.
Un desayuno ideal deberá aportar estos tres grupos de alimentos: lácteos, cereales y frutas. En el caso que el niño no tenga demasiado apetito durante el desayuno, la fruta se podrá omitir, pero no así los lácteos y los cereales.
Ahora que tenemos más conocimiento sobre la importancia del desayuno, no hay excusas para no realizarlo.
Buen comienzo de clases!!!
Lic. Cecilia Jaure
Nutricionista.
MP 550